Torre de Babel
Aquellos que trabajamos en la administración pública nos hemos encontrado varias veces con una serie de problemas administrativos, los cuales, en su mayoría, son provocados por el manejo de distintos conceptos entre los equipos de trabajo.
Por ejemplo, el área de planificación no restringe la planificación presupuestaría y operativa en el marco del presupuesto participativo, ni en las normas que establecen su manejo, sino que hacen uso de herramientas de las ciencias administrativas para la solución de problemas en la planificación y ejecución del presupuesto institucional. En cambio, lamentablemente, los abogados (bajo la formación de las escuelas o facultades de derecho), sólo usan un criterio legal para el análisis y solución de problemas en la planificación, lo cual trae consigo que entre el abogado y el administrador se hable un idioma distinto.
Ello no es culpa de mis colegas, ya que hemos tenido una formación eminentemente jurídica en la universidad, dejando de lado la necesidad de conocer otras ciencias que nos permitan solucionar los problemas que se puedan presentar en el área en el cual nos especializamos.
Por ello, se hace urgente que en las facultades de derecho no sólo se enseñe Derecho Administrativo, sino que se dicte, como parte de dicho curso o como uno independiente, la materia de gestión pública. Con ello se logrará interiorizar conceptos de administración en los estudiantes universitarios de las facultades de derecho, conceptos que les permita entender el trabajo de la administración pública, así como prepararlos para asumir cargos directivos. Dicho conocimiento, además, les permitirá solucionar los problemas a presentarse en las instituciones que pudieran gerenciar, a través de una visión más amplia que tan sólo la del derecho.
Caso similar sucede con otros profesionales que ejercen servicio público, ello ya que la preparación para el ejercicio del servicio civil se realiza a través de diplomados, cursos y programas de especialización pública y en materias propias del pregrado, perdiendo el sector de la educación una oportunidad importante para la formación de una burocracia basada en la meritocracia.
Claro, mi posición traerá como consecuencia la crítica de aquellos catedráticos que piensan que las ciencias vinculadas a los sistemas administrativos y sistemas funcionales no deben ser contaminadas con otros conceptos no propios de la carrera universitaria.
Mi querido lector, creo que dicha posición es un grave error, un error que ha traído como consecuencia esa torre de babel en que se han convertido las instituciones públicas en las cuales los varios abogados, contadores, economistas y otros profesionales y personal técnico administrativo, dan opiniones meramente desde la perspectiva de su profesión y no bajo el marco de la gestión pública en busca de otorgar un servicio de calidad al ciudadano, dejando de lado la posibilidad de elaborar soluciones creativas a través del uso de conceptos o herramientas de la gestión administrativa. Ello no significa que se deje de lado las leyes, eso jamás, pero el uso de esas nuevas herramientas permitirá a los profesionales el comprender el problema desde el punto de buscar atender las necesidades de la población y darle una solución acorde al tipo de problema.
Un servidor, un directivo o el funcionario público no puede dejar de tener en cuenta los fines de la institución en donde labora, no puede ignorar los procesos de planificación y ejecución de planes operativos, el impacto de sus opiniones y el seguimiento de los mismos, en busca del valor público.
Así todo servidor público (servidor, directivo y funcionario) dentro de una institución es un factor importante del sistema administrativo y por ende debe tener conocimientos básicos de cómo funciona esta, por ello no podemos permitir que se continúe ignorando la necesidad de la enseñanza del curso de gestión pública o privada para en el sistema universitario, de no implementarse lamentablemente los servidore públicos no tendrán una visión en común sobre la gestión a cumplir, teniendo un concepto cada uno distinto de los logros, metas, objetivos y procesos necesarios, para la atención de las necesidades de la sociedad, y seguirán hablando idiomas distintos, lo cual traerá como consecuencia que se otorgue un producto o servicio deficiente los administrados.
Por ello, también las entidades del estado, a través de del Plan de Desarrollo de Personal, debe implementar un sistema adecuado de capacitación a los servidores públicos realizando un diagnóstico adecuado sobre las brechas de conocimientos necesarios para su labor, así como implementar las capacitaciones que permitan cerrar dichas brechas, ello dentro de los parámetros señalados por el SERVIR.
Así, el trabajo en conjunto entre la catedra y las entidades públicas permitirá contar con una burocracia meritocrática, que garantice la posibilidad de una mejora en la gestión pública.